Gigante

Cuando CEOE Tenerife me invitó a formar parte del grupo fundador de la Red de mentores de Tenerife, contesté un rápido ¡SI! Por varios motivos; primero, por mi rápida predisposición a liarme la manta a la cabeza, y también, en segundo lugar, porque creo en la colaboración, creo en los equipos de trabajo y sobre todo creo en la complementariedad. Lo que no sabía es que iba a descubrir muchos más motivos para mi fe en el mentoring después de estar tres días inmersa explorando esta interesantísima vía de apoyo empresarial y social.
“Mentor” es un término que aparece por vez primera en la Odisea de Homero. Mentor era un personaje que en la obra se encargaba de ayudar a Ulises en su ausencia. En sus labores además también se encuentra la de la educación de Telémaco, hijo del héroe. Según la mitología griega, la diosa Atenea, usaba el rostro de Mentor, cuando quería comunicarse con Telémaco en el viaje de este en busca de su padre. Por ello un mentor hace referencia a un consejero, alguien que es capaz de dar sabios y prudentes consejos.
“Mentor” es un término que aparece por vez primera en la Odisea de Homero. Mentor era un personaje que en la obra se encargaba de ayudar a Ulises en su ausencia. En sus labores además también se encuentra la de la educación de Telémaco, hijo del héroe. Según la mitología griega, la diosa Atenea, usaba el rostro de Mentor, cuando quería comunicarse con Telémaco en el viaje de este en busca de su padre. Por ello un mentor hace referencia a un consejero, alguien que es capaz de dar sabios y prudentes consejos.
Recientemente ha aparecido el término mentoring aplicado en entorno empresarial, que permite potenciar el aprendizaje de los empleados o emprendedores, basado en la ayuda de otros más experimentados. Es este sentido empresarial el que nos interesa en este caso; el mentoring y cómo las personas con más experiencia pueden ayudar acompañando a los emprendedores menos experimentados para potenciar, y sobretodo acortar, su periodo de aprendizaje.
“Si he visto más lejos, es porque he subido a hombros de gigantes”
Isaac Newton.
En estos días de formación sobre el mentoring (y sus aristas), también he reflexionado sobre mis mentores, sobre los hombros de esos gigantes que me han permitido avanzar. ¿Sabes quién ha sido tu gigante?
Me ha encantado reflexionar sobre este tema y más me ha gustado lo que me he encontrado. Sin mi gigante, mi vida no hubiera sido la misma. Mi vida profesional, que se enlaza fuertemente con la personal, ha encontrado un aliado, fiel, leal, discreto, sincero y dispuesto a dejarme aprender a cada paso. Los hombros de mi gigante me han enseñado que hay que ofrecer confianza, hay que creer en quien tienes cerca para hacerlos crecer. Hay que saber exigir y potenciar, aleccionar y dejar volar.
Yo he tenido mucha suerte, mi gigante me demostró generosidad, infinito conocimiento y valores inquebrantables. Seguir el ejemplo de alguien grande es la mejor forma de hacer propios los valores que te definirán. En mi caso, valores como la honestidad, lealtad y cero autocomplacencia ocuparon los primeros sitios en mi catálogo personal. Mi gigante me inyecto grandes dosis de energía y ganas de demostrar capacidad. Su experiencia, sumada a mi formación, hicieron el resto. De esta, que es mi experiencia vital, surge realmente mi fe en el mentoring. Ahí están mis ganas de ofrecer lo que yo recibí y que me hizo más rico el camino.
Siempre lo he sabido, no hay mayor agradecimiento a la vida, que devolverle a ésta lo que has recibido y yo tengo ganas de que alguien encuentre en mí a su gigante, y descubra que mis hombros le han servido para avanzar, seguir sus sueños, le lleven estos a donde los lleven. Pero siempre con la sensación de haber sido útil, haber dejado huella.